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martes, 25 de mayo de 2010

Jeffrey Dahmer


La historia de Jeffrey Dahmer es una de las más inusuales del conjunto de sórdidos criminales seriales de los que hemos tratado en este sitio web. Nació el 21 de Mayo de 1960 en Milwaukee Wisconsin y murió el 28 de noviembre de 1994 en la prisión de Portage Wisconsin a manos de otro interno. La familia de Dahmer era aparentemente normal con un par de amorosos padres y un entorno de bienestar y armonía. Sin embargo había rasgos disonantes en la relación matrimonial y la llegada de Jeffrey aunque alegró la vida de sus padres, no contribuyó en demasía a mejorar la situación pues desde sus tempranos 8 años, el niño Dahmer ya era un sujeto retraído, antisocial y extremadamente tímido. Según confesiones de Lionel Dahmer, de ser un alegre y vigoroso niño tras una mudanza y luego una cirugía por una doble hernia el joven Dahmer comenzó a apagarse paulatinamente sin que ellos pudieran evitarlo.

Como dato adicional se sabe que la madre tuvo ciertos problemas durante el parto 'como si el cuerpo de la mujer rechazara el maligno producto que venía al mundo' pero es difícil comentar o analizar tales señalamientos, principalmente porque la mujer falleció de cáncer pocos años después del juicio de Dahmer. De ella se dice que era hipocondríaca, mas que otra cosa. El padre fue químico de profesión y obtuvo doctorado en la materia, se reporta que ante el desolador panorama familiar se refugió en el trabajo. Del niño no se reporta que haya cometido crueldad contra los animales como es usual en otros criminales seriales. Al parecer no se ajusta al famoso perfil de la 'triada fatídica'... es decir, piromanía, incontinencia nocturna y crueldad a los animales.

La carrera criminal de Dahmer comenzó justamente en la adolescencia. Sobra decir que sus años de escuela no fueron felices ni plenos aunque de calificaciones era mas bien regular. Es aquí que comienza con un acentuado alcoholismo que se convirtió en una característica mas en el. Ciertamente no era popular ni mucho menos, era de esos que no pronuncian palabra alguna, que casi nadie les conoce. Totalmente antisocial y retraído, pocas personas intimaron algo con el, por lo que sus pensamientos y bizarras fantasías de muerte y canibalismo permanecían desconocidas por la sociedad. Era homosexual.


Ficha criminal de Dahmer
Seguramente desde la niñez comenzó a experimentar las abstractas y complejas fantasías que los asesinos seriales desarrollan. Era un plazo fatal el día que cometiera su primer asesinato para dar satisfacción a tales sueños. Sus retraimientos y la extrema timidez eran mudos testigos del conflicto interno tan severo y que por la misma naturaleza grotesca de esos pensamientos le era imposible expresarlos a nadie. Lionel Dahmer dijo en su libro testimonial 'A Father's Story' que poco a poco sentían la perdida inevitable de su hijo. Ninguna iniciativa suya daba resultado satisfactorio con el joven Dahmer. Su padre lo llevo a enrolarse en el ejército y al poco tiempo era dado de baja por alcoholismo. Tuvo una breve estancia en la universidad y por lo mismo dejo los estudios... no había nada que hacer. Su destino estaba en sus propias manos.


Las fantasías de tener sexo con cadáveres las tuvo a partir de los 14 años, pero no hizo nada al respecto hasta cumplir la mayoría de edad justo al salir de la educación media superior. Eso fue en Junio de 1978 cuando invitó a su casa a un tal Steven Hicks con quien tomo cervezas y tuvo relaciones. Cuando el muchacho quiso irse, Dahmer no soportó la idea de dejarlo ir, lo golpeo en la cabeza y lo mató. Dispuso de los restos cortando el cadáver y envolvió las partes en bolsas de plástico para basura y enterró todo aquello en el campo cercano al domicilio. El destino estaba resuelto. Después de este primer episodio sangriento entro un semestre a la universidad y una vez fuera se desempeño como asistente medico del ejército. Estuvo estacionado en Alemania, pero tras las investigaciones de la policía alemana se determinó que Dahmer no cometió crimen alguno en suelo europeo.



En el año de 1989 Jeffrey Dahmer estaba ya catalogado como un 'children molester', es decir un exhibicionista y abusador de menores. Alcohólico, mentiroso y ladrón eran otras formas de referirse a el. Cumplió un año de sentencia por lo mismo. Es en este punto que Lionel Dahmer comprendió que el futuro y bienestar de su hijo había escapado de sus manos. Ya eran varias veces que había pagado por abogados, por fianzas y que hablaba seriamente con su hijo proponiéndole ir a tratamiento y ayuda pero todo fue en vano. La teoría de los padres de Dahmer es que este carecía de 'conciencia' sobre sus actos.


A partir de entonces y hasta el año de 1991 que fue descubierto todo fue una montaña rusa de terribles asesinatos contabilizándosele hasta 16. La mayoría siendo hombres homosexuales de edades variadas desde victimas de 14 años hasta adultos de más de 30 años. También siendo mayoría de raza negra. Hay que notar que muchas de las victimas eran catalogados como delincuentes menores con algún historial policíaco. El modus operandi era el siguiente: en tiendas o bares gay ofrecía dinero a sus victimas proponiéndoles ver videos y tomar cervezas en su departamento. También les ofrecía el dinero por dejarse tomar fotografías. Una vez ahíi los drogaba con las bebidas, teniéndolos ya indefensos a veces trataba de tomar control de los mismos. Se dice que practicaba un agujero en el cráneo de la victima y vaciaba algo de acido en el mismo con el objetivo de crear un zombi. Esta bizarra idea corresponde a ciertos perfiles psicópatas en que el criminal desea tomar control absoluto de su víctima. Algunos mantienen el cadáver varios días en sus habitaciones y sostienen relaciones sexuales con el mismo, otros lo comen para que la victima forme parte de ellos, etc.




Las víctimas conocidas de Jeffrey Dahmer
Steven Hicks, 19 años Junio de 1978
Steven Tuomi, 24 años Septiembre de 1987
James Doxtator, 14 años Octubre de 1987
Richard Guerrero, 23 años Marzo de 1988

Anthony Sears, 26 años Febrero de 1989
Raymond Smith, 33 años Mayo de 1990
Eddie Smith, 27 años Junio de 1990
Ernest Miller, 22 años Septiembre de 1990

David Thomas, 23 años Septiembre de 1990
Curtis Straughter, 19 años Febrero de 1991
Errol Lindsey, 19 años Abril de 1991
Tony Hughes, 31 años 24 de Mayo de 1991

Konerak Sinthasomphone, 14 años 27 de Mayo de 1991
Matt Turner, 20 años 30 de Junio de 1991
Olliver Lacy, 23 años, 12 de Julio de 1991
Joseph Bradeholt, 25 años 19 de Julio de 1991

Obviamente tal practica de vaciar acido al cráneo es mortal de necesidad pero al parecer le funciono en alguna ocasión. Otras veces teniendo drogada a la victima procedía a estrangularla y a tener sexo con el cadáver. El cual podía mantener en su habitación por algunos días mas, antes de desmembrarlo con una sierra. En cuanto a los restos la cabeza era hervida hasta que toda la carne se desprendía y procedía a pintar con aerosol color gris el cráneo con el objetivo de que pareciera ser de plástico, por si la policía llegaba a ver su colección. Tomaba como souvenirs para futura gratificación los genitales y algunas otras partes, las cuales depositaba en frascos con formol. Sumado a esto tomaba fotos de los cadáveres en diversas poses 'eróticas' y en varios grados de mutilación. La policía encontró numerosas fotos Polaroid de estas actividades. Los demás restos eran puestos en ácidos antes de tirarlos por la coladera. La carne disuelta en químicos y ácido formaba una sustancia maligna y asquerosa de color negro. Esta por demás decir que su departamento en Milwaukee emanaba olores fétidos y que los vecinos se quejaban constantemente del sujeto que por las noches activaba una sierra eléctrica. ¡Pensar que nunca imaginaron para que la usaba!



De niño Dahmer experimentaba gran fascinación por los cadáveres de los animalillos y los huesos. Se sabe que tuvo la afición de recoger cuerpos de la carretera para su futura experimentación y manipulación. Evidentemente eran las prácticas para cumplir sus fantasías criminales. De ello hay testimonio de primera mano por su padre con la famosa anécdota de cuando encontraron unos huesos de pajarillos muertos debajo de su casa y como el pequeño Jeffrey quedó admirado con el hallazgo. A tal grado eran sus fantasías de sexo y muerte que cuando mas fuera de control y dominado por sus fantasías estaba llegó a asesinar a una tasa de una persona a la semana.



El 22 de Julio de 1991 finalmente fue capturado Jeffrey Lionel Dahmer. Esa noche un hombre llamado Tracy Edwards apareció en la calle aun con unas esposas en la mano y llamó la atención de una patrulla que pasaba por ahí. Como pudo el sujeto los llevó hacia el departamento de Dahmer del cual había logrado escapar momentos antes, para que la policía viera el cuchillo con que lo había amenazado. Inicialmente los oficiales no repararon gran cosa en el mal olor del departamento, pero prefirieron indagar mas a fondo el asunto así que uno de los oficiales entro al cuarto y descubrió las imágenes de cuerpos mutilados ahí esparcidas en el suelo, así que decidió entrar a la cocina y abrir el refrigerador para gritar horrorizado al ver una cabeza que 'miraba' hacia el. Dahmer trato de escapar del segundo oficial pero finalmente fue puesto bajo arresto. En el departamento fueron hallados restos de 15 personas.




El juicio se efectuó bajo estrictas medidas de seguridad previendo que alguien intentara asesinar a Dahmer ahí mismo. La selección del jurado implicó grandes dificultades para hallar el perfil adecuado de gente que no tuviera el prejuicio por las atrocidades sexuales de que iban a ser jurados. Asimismo ocurrieron dificultades por cuestión de la raza, pues eran mas blancos que negros esto considerando que casi todos los asesinados eran negros.



El abogado defensor intento argumentar enfermedad mental pero sus intentos no prosperaron, siendo juzgado el 17 de Febrero de 1992 a 15 cadenas perpetuas sumando 936 años en prisión puesto que en Wisconsin no se tiene la pena capital. Solamente duró dos años en prisión pues fue asesinado por otro homicida mientras efectuaba labores de limpieza en el penal correccional de Portage Wisconsin. Había pedido Dahmer ser puesto con el resto de los internos y aquel loco no desaprovechó la oportunidad de liquidarlo a él y a otro sujeto cuando no hubo vigilancia de los celadores. A partir de entonces en los penales de alta seguridad quedaron prohibidas las pesas en los gimnasios de los internos, porque con una de ellas le destrozaron el cráneo a Dahmer.

Jesse Pomeroy (Asesino Serial)


Ilustración de Jesse Pomeroy cuando adolescente
Uno de los primeros casos conocidos acerca de niños asesinos es el del norteamericano Jesse Harding Pomeroy, nacido el 29 de Noviembre de 1859 en el pueblo de Charleston, Massachusetts. Fue el segundo hijo de Thomas y Ruthann Pomeroy, personas que vivían en la medianía económica de ese entonces. Se dice que el padre de familia era un sujeto abusivo y alcohólico, no muy diferente de la gran mayoría de hombres de su condición. Por cualquier motivo que lo enfureciera, llevaba a sus hijos a una cabaña donde los desnudaba y aporreaba hasta aplacarse. De estas palizas Jesse no asimiló la idea de la buena conducta, sino una forma pervertida del placer y la diversión.

De acuerdo a los relatos de la época la apariencia de Pomeroy inspiraba miedo. El mismo estaba conciente de que era un sujeto diferente. Su cuerpo era muy grande para su edad, así como su cabeza, orejas y rasgos faciales poco favorecedores. Su ojo derecho carecía de iris y pupila, confiriéndole un aspecto aterrador. Según que ni su propio padre podía mirarlo sin experimentar un escalofrío.

Como siempre ocurre, en consecuencia o a causa de ser diferente, Pomeroy era un sujeto retraído y solitario. Nadie lo recordaba sonriendo pero si por sus extraños ataques nerviosos que de vez en cuando lo atacaban. Por lo tanto durante su tierna niñez seguramente fue pasto de los niños abusadores de su cuadra.

En casa de la familia Pomeroy no podía haber mascotas. De forma inopinada, aparecían muertos. Una vez, los canarios de la señora Pomeroy aparecieron con las cabezas arrancadas y después de que descubriera a Jesse torturando al gato de los vecinos, se decidió que no entraban más animales al domicilio. Esta conducta violenta contra los animales forma parte de la clásica triada fatídica observada en la mayoría de los asesinos seriales del mundo. Los animales constituyen la experimentación del sadismo y la violencia que en un futuro el psicópata ha de aplicar a sus semejantes.

En una suerte de lenta pero trágica evolución, Pomeroy decidió descargar sus locuras contra nuevas presas, eligiéndolas de acuerdo a su edad, niños más pequeños que el. El primero fue el niño William Paine que fue hallado un día de diciembre de 1871 por dos hombres que caminaban por una calle solitaria. Habían escuchado un lloro quedo y apagado y al acercarse a una pequeña cabaña pudieron escucharlo con mayor claridad y al entrar quedaron sorprendidos al ver al pequeño niño de 4 años colgar de las manos, que estaban atadas con una cuerda suspendida del techo del lugar. Apenas conciente lloraba Paine, cubierta su espalda de laceraciones y fuertes moretones. No pudo denunciar a su atacante.



El siguiente fue Tracy Hayden de 7 años quien en Febrero de 1872 fue engañado por Pomeroy para llevarlo a un lugar apartado con la promesa de ir a ver a los soldados. Una vez apartados de cualquier distracción, procedió a amarrarlo y a torturarlo con la misma furia que había aplicado al pequeño Paine. Del ataque Hayden resultó con los ojos morados, los dientes frontales tirados, la nariz rota y el torso cubierto de heridas y verdugones. Tras este episodio la policía solo pudo enterarse que el atacante era un muchachito de cabello castaño, escasa información como para que las autoridades pudieran hacer algo al respecto.

Luego a mediados de Abril de 1872 Pomeroy prometió llevar al circo al jovencito de 8 años Robert Maier y después de caminar hasta sus apartados dominios lo sometió como acostumbraba con sus víctimas. Lo desnudó casi por completo y mientras lo golpeaba con una vara lo obligaba a maldecir. Maier reportó que mientras Pomeroy lo vapuleaba se masturbaba disfrutando el sufrimiento que le provocaba. Al terminar lo soltó y le juró que lo mataría si lo delataba con alguien. Después huyó del lugar. La policía comenzó a actuar interrogando numerosos adolescentes de cabello castaño. Los medios comenzaron a mostrarse nerviosos y los padres advertían fervientemente a sus hijos no juntarse ni hablar con extraños en la calle. Por alguna razón la descripción del sádico bribón derivó en la de un adolescente de barba y pelirrojo. Mientras tanto el lampiño y castaño Jesse Pomeroy escapaba con comodidad de la búsqueda policial.

El siguiente golpe, a mediados de Julio, fue contra un niño desconocido de 7 años a quien le fue propinado el mismo tratamiento que a los demás, es decir una feroz paliza hasta que Pomeroy alcanzo el orgasmo. Esta vez la policía ofreció una recompensa de $500 dólares a quien ayudara en la captura del "sádico bribón" como era llamado el adolescente que atormentaba los niños de Boston.

Poco tiempo después Ruth Pomeroy decidió que su familia se mudara al sur de Boston. Se especula que la señora sospechaba acerca de la posible responsabilidad de su hijo en los recientes ataques a infantes. Aunque es posible que se hayan movido por cualquier motivo. Sin embargo cuando los ataques también se escenificaron de Chelsea a su nuevo rumbo seguramente algo debió haber pensado, pero no se sabe realmente. La madre de Jesse siempre permaneció fiel a su hijo, y negaría las imputaciones formuladas contra su hijo.

George Pratt andaba en las calles cuando fue abordado por Pomeroy y con al promesa de recompensarlo con un dinero por traer un mandado lo condujo a un lugar solitario donde comenzó su inhumano ataque. Después de atarlo y desnudarlo lo aporreó sin misericordia con un cinturón. Esta vez elevó el nivel de sus atrocidades, mordiéndole un cachete y arañándolo profundamente en la piel. Varias veces le enterró una larga aguja en diversas partes del cuerpo. Intentó inclusive clavársela en un ojo, pero Pratt logró enconcharse antes que Pomeroy lograra su objetivo. Por fortuna, el sádico bribón había saciado su sed de violencia y huyó del lugar no sin antes morderle un glúteo al desafortunado niño. Una vez visto el caso por las autoridades concluyeron que no podía ser obra más que de un sujeto demente, entonces temieron lo peor, que continuara la racha de ataques.

El siguiente desventurado fue el niño de 6 años Harry Austin con quien Pomeroy evidenció que su depravación aumentaba en espiral, aparte de la usual paliza, esta vez empleó su navaja de bolsillo para apuñalar en brazos y hombros a su víctima. Se disponía a rebanarle el pene cuando fue interrumpido ante la cercanía de unas personas. Pocos días después atacó al niño Joseph Kennedy a quien a la vez que aporreaba lo obligaba a recitar oraciones religiosas plagadas de obscenidades. A Kennedy le provocó una fuerte cortada en la cara con su cuchillo y luego lo llevó a la orilla del mar para echarle agua salada en las heridas. El chiquillo de 5 años Robert Gould fue el siguiente en caer engañado por Pomeroy quien le había prometido llevarlo a ver soldados, para luego someterlo cerca de una estación de trenes. Cuando amenazaba al chico con la punta de su navaja en el cuello, Pomeroy se dio cuenta que era observado por unos ferrocarrileros y tuvo que huir. Para fortuna de la policía Gould aportó pistas más concretas, como que su atacante era un joven adolescente de cabellos castaños y un ojo totalmente blanco.

A fines de 1872 la policía efectuaba visitas a las escuelas del sistema público de Boston con la esperanza de encontrar al sádico bribón a quien creían, pronto se convertiría en un temible homicida. Un día de Septiembre visitaron la escuela de Pomeroy, pero el joven Kennedy no podía identificar entre los alumnos a su atacante. Ese mismo día que la policía había visitado su salón, Pomeroy al regresar a su casa, decidió darse una vuelta por la estación policial y al pasar tan cerca, fue súbitamente identificado por Kennedy quien continuaba con sus declaraciones. No esta muy claro el porque de esta conducta pero es muy posible que Pomeroy haya estado involucrado en una suerte de juego del gato y el ratón con la policía. Eso ha ocurrido muchas veces con psicópatas de ese estilo. Cuando Pomeroy pasaba, Kennedy lo alcanzó a ver en la estación y logró hacer que la policía persiguiera al sádico bribón que inmediatamente fue puesto bajo arresto. A pesar del intenso y severo interrogatorio, Pomeroy se mantuvo tranquilo clamando su inocencia en todo momento. Lo despertaron a media noche en la celda donde había sido confinado y con la amenaza de ser encarcelado por 100 años, finalmente Jesse Pomeroy se dio por vencido. Al día siguiente fue llevado para que todas sus víctimas lo identificaran lo cual parece ser ocurrió sin mayor problema. Entonces lo que faltaba era que un magistrado le dictara sentencia. Como se esperaba, su madre testificó a favor de Pomeroy, porque no podía ser de otro modo. Cuando le preguntaron por qué lo había hecho, solo atino a decir "no pude evitarlo..." a la vez que agachaba su cabeza en señal de vergüenza. La sentencia fue el ingreso a un reformatorio juvenil hasta que cumpliera 18 años, es decir la mayoría de edad. Madre e hijo psicópata abandonaron en lágrimas la corte según las crónicas de la época.

El reformatorio juvenil Westborough se convirtió en el siguiente hogar de Jesse Pomeroy. Aquel lugar albergaba a jóvenes infractores y a muchachos malcriados o difíciles de tratar a quienes sus padres enviaban ahí para quitarse un gran peso de encima. Instituciones de este tipo difícilmente reformaban a alguien en esa época. Simplemente el hecho de encerrar bribones peligrosos provocaba en ellos la aparición de una mentalidad salvaje y oportunista en que los más fuertes sometían al resto. En un lugar así podría florecer un chico listo y sádico como Pomeroy quien desde un principio entendió que si deseaba salir antes de cumplir los 18 años debía demostrar una conducta intachable. Según se cuenta, vivió la mayor parte del tiempo en soledad pues los chicos mayores lo molestaban y los menores le sacaban la vuelta, conscientes del porque estaba ahí recluido. La dura rutina de Westborough consistía en trabajos forzados y clases obligatorias diarias. Como un interno modelo Pomeroy evadió eficientemente los castigos y las reprimendas, pero siempre estaba al tanto de todo detalle e incidentes cuando alguien era castigado. Tras quince meses de encierro el comité de libertad condicional aprobó su salida. Mientras Jesse purgaba condena, su madre hacía campaña por la liberación y exoneración de su hijo enviando cartas a las autoridades y a quien estuviera dispuesto a escuchar su punto de vista, sin embargo fue la buena conducta de Pomeroy que movió a los magistrados juveniles a liberarlo.

Los Pomeroy prometieron esmerarse en la vigilancia de su hijo a quien habían dejado vagar más de la cuenta. La señora tenía una tienda de ropa y su hijo mayor un puesto de periódico, negocios en los cuales emplearían al joven Jesse para que no perdiera el tiempo. A pesar de los horribles crímenes de que se había acusado a Pomeroy, la policía consideraba que no se debía ser muy duro y por mucho tiempo contra el chico y que se le debía dar una oportunidad de redimirse asimismo. A ninguna autoridad se le ocurrió informar a nadie en la comunidad donde vivía Pomeroy, que éste había sido liberado. La gente vivía bajo la creencia de que el sádico bribón del ojo blanco estaría bien guardado por varios años.

No pasaron ni los dos meses en libertad cuando Pomeroy atacó cuando la oportunidad se presento a la puerta de la tienda de su mama. El 18 de Marzo de 1874 muy temprano Jesse efectuaba la limpieza y platicaba con un empleado de apellido Kohr, de la misma edad que Pomeroy cuando llegó la niña Katie Curran a preguntar por un cuaderno de notas. La chica explicó que tenía un nuevo profesor y deseaba un cuaderno nuevo. Para su desgracia la primera tienda que había visitado no tenía ya la mercancía solicitada. Inmediatamente Pomeroy urdió una treta para tener a la jovencita. Dijo que quedaba un cuaderno pero manchado de tinta y que había que buscarlo dentro de la tienda, entonces mandó al ayudante Kohr con el carnicero a conseguir comida para las mascotas dejando libre el camino para sus obscuros deseos. La inocente chica siguió a Pomeroy a unas escaleras que daban a un especie de sótano en el edificio, confiada en la explicación de que abajo también tenían una tienda. Solo al final pudo darse cuenta que había sido engañada, pero era demasiado tarde. Fue sometida velozmente por Pomeroy quien con su navaja de bolsillo la degolló brutalmente. Cuando el cuerpo fue descubierto su avanzado estado de descomposición hizo muy difícil conocer el grado de daños que había recibido. Después de asesinar a la pequeña Katie, Pomeroy se lavó la sangre y regresó al puesto a seguir trabajando como si nada hubiera ocurrido. El cadáver permaneció donde lo había dejado sin que nadie notara nada extraño hasta que la policía fue a rescatarlo.

La madre de Curran comenzó a buscarla a la hora de que la niña había salido de su casa. Su búsqueda resultó infructuosa y con escasa cooperación de la policía quienes en todo momento evitaron incriminar a Jesse Pomeroy en la desaparición de Katie, a pesar de la declaración del ayudante Kohr y del turbio pasado reciente del sádico bribón. Luego apareció un testigo que aseguró haber visto como Katie Curran había sido introducida a un vagón de tren, entonces la policía determinó que se trataba de un secuestro y el caso quedó congelado.

La sed de sangre de Pomeroy estaba lejos de terminarse tras el crimen contra Katie Curran, poco después seguía en lo mismo, en busca de algún ingenuo chico a quien engañar con la promesa de dinero, dulces o lo que fuera para llevarlo a un sitio apartado donde asaltarlo. Y tal iba a ser el destino del chico Harry Field a quien le prometió unos centavos por llevarlo a una calle que dijo no saber como llegar a ella. Una vez que dieron con el lugar, Pomeroy se tornó violento y amenazó al chico con matarlo si gritaba. Para la enorme fortuna de Harry ocurrió que cuando iban por la calle, un rapazuelo vecino de Pomeroy apareció en el camino y comenzaron a gritarse de un lado de la calle a otro, ese momento fue aprovechado por Harry para huir corriendo y no paró hasta llegar a su casa.

Trágicamente el siguiente niño en caer en las garras de Pomeroy no tuvo la misma buena suerte que Harry Field. El niño Horace Millen se encontró con el sádico bribón en la calle y fácilmente cayó envuelto en las tretas que siempre aplicaba para llevar lejos a sus víctimas. Antes de eso, entraron a una pastelería por un bocadito que felizmente iban comiendo ambos durante el camino a las partes pantanosas y solitarias del sur de Boston. Esta vez numerosos testigos vieron a la inusual pareja de "hermanos" caminar por las calles y fuera de la ciudad. Una señora testificó acerca de lo extraño que lucía el chico mayor, quien irradiaba una rara felicidad y excitación mientras caminaba de la mano del niño pequeño quien a su vez provocó extrañeza por sus buenas ropas que portaba.

De acuerdo a Pomeroy, cuando llevaba a Millen de la mano hacia un lugar apartado casi no podía controlar sus impulsos y supo desde el primer momento que quería asesinar al niño de 4 años. Esta vez quería estar seguro que nadie lo interrumpiera y por eso caminaron largo rato hasta llegar a un paraje arenoso donde se sentaron a descansar. Horace Millen aún no se daba cuenta que la promesa de ir a ver un barco de vapor no era mas que una excusa del sádico bribón para asesinarlo. Con su cuchillo de bolsillo Pomeroy descargó un furioso ataque a la garganta del inocente chico, a pesar del sangriento ataque, Millen no había muerto y peleaba por su vida. De acuerdo al reporte del forense había numerosas heridas de las llamadas defensivas en brazos y manos. Pero un niño de 4 años gravemente herido no era remotamente rival de un joven psicópata. Se contaron hasta 18 heridas en el tórax y lo más impactante fue ver como las uñas de las manos estaban firmemente incrustadas en las palmas como evidencia de la agonía y atroz muerte experimentada por el niño Horace Millen. Cuando su cadáver fue lavado apareció su ojo apuñalado también, así como heridas profundas en el escroto lo cual indicaba el intento de castrar al niño.

Unos niños que jugaban en la playa descubrieron el cuerpo e inmediatamente avisaron a unos señores que cazaban patos en las cercanías. Para ese entonces la familia de Horace ya lo buscaba por todos lados y el padre de familia ya había reportado la desaparición a la policía. Para la noche a las 9, la familia era informada de la muerte de su hijo. Inmediatamente vino a la mente de las autoridades el sospechoso número uno, aquel chico despiadado que gustaba de torturar niños pero no podía ser posible que fuera el, dado que purgaba condena en un reformatorio juvenil. Tardo poco en que se confirmara la aterradora realidad, aquel sádico bribón había sido puesto en libertad condicional no hacía mucho tiempo. Se despachó una patrulla a su casa y a pesar de las airadas protestas de Ruthann Pomeroy el chico fue conducido a la policía.


El vejete Jesse Pomeroy
Mostrando la mayor de las tranquilidades, Pomeroy resistió el primer interrogatorio negando conocer acerca del crimen que se le imputaba. Sin embargo no pudo ofrecer una buena coartada, pues no tenía una explicación convincente sobre su paradero desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Luego con su habitual frialdad fue dejado durmiendo en la celda de la comisaría. Mientras tanto los oficiales tomaron su calzado que tenía adheridos pastos del pantano y lodillo. Con los zapatos de Horace Millen y los de Pomeroy reconstruyeron los pasos de los chicos que los ubicaban a ambos en la escena del crimen. Mediante yeso compararon las huellas más grandes coincidiendo a la perfección con las suelas del sádico bribón. Aquel procedimiento era normalmente aceptado en los procesos judiciales de la época. Temprano al día siguiente despertaron a Jesse y lo confrontaron con el hecho de que ahora lo podían ubicar sin lugar a dudas en la escena del crimen y le sugirieron ir a ver el cuerpo de Millen a la morgue. Obviamente el chico se negó rotundamente diciendo que él nada tenía que ver con el asunto. Sin embargo una vez puesto de frente al mutilado cadáver Pomeroy no pudo resistir la presión y terminó por admitir su culpa. Entre sozollos admitió "Lo siento, yo lo hice... por favor no le digan a mi mama!..." Los detectives le preguntaron si sabía que iba a ocurrirle a continuación a lo que respondió que no sabía pero que por favor lo pusieran en lugar donde no pudiera hacerle daño a nadie. La acusación y la convicción del crimen ocurrieron de manera expedita. Sin mayores trámites tanto la policía como los medios habían encontrado al culpable a quienes no bajaban de ser un monstruo de la sociedad y es que visto en retrospectiva, en realidad lo era. El comité de libertad condicional juvenil fue severamente cuestionado por haber liberado al sádico bribón.

Tras la detención de Pomeroy y la consecuente lapidación pública de su familia, la señora Ruthann vio caer al suelo su tienda de ropa y sin embargo insistía en la inocencia de su joven hijo. Ya nadie se acercaba a su comercio a no ser para ver donde trabajaba el sádico bribón. Mientras ella caía en desgracia económica sus rivales de enfrente ampliaban sus negocios de modo que le ofrecieron comprar sus locales. Cuando los trabajadores fueron a hacer las remodelaciones y adecuaciones encontraron en el sótano el cadáver putrefacto de Katie Curran. No hubo una sola duda acerca de la culpabilidad de Pomeroy en la muerte de la chiquilla. Pero si resultó entretenido saber si la familia estaba enterada al respecto. Cuando le informaron a Jesse sobre el nuevo muertito que le cargarían encima negó toda relación con el suceso, pero confrontado con el hecho de que su madre y hermano serían cargados con el crimen terminó por doblarse y confesar. Paso a paso el sádico bribón recordó los acontecimientos de esa mañana cuando la niña Curran fue a comprar una libreta de apuntes a su tienda y de como la había conducido abajo para poderla asesinar. No sabía porque lo había hecho, solo quería observar su reacción. La pena impuesta a los asesinos de este tipo en el estado de Massachusetts era la horca.


En 1917 ahora con la población general de la prisión
La defensa de Pomeroy se concentró en el crucial debate acerca de la locura de su cliente o que simplemente estuviera mentalmente enfermo. Pero quedó definitivamente establecido que su defendido conocía y admitía que sus actos estaban mal, por lo que la batalla legal fue perdida sin remedio. Jesse Pomeroy fue sentenciado a la horca, sin embargo no hubo gobernador alguno que se atreviera a firmar la sentencia. Ya fuera por convicción personal o por cálculo político en tiempos electorales la decisión respecto al sádico bribón tomó mucho tiempo y continuos aplazamientos. Y es que era muy difícil para la autoridad ejecutar a un chico de 14 años ¡Jamás había ocurrido la necesidad de ejecutar a un hombre tan joven en la historia penal de la nación! Todos se iban pasando la papa caliente de mano en mano. Finalmente el gobernador Alexander Rice tomó una decisión, tras escuchar el veredicto de un panel de asesores quienes recomendaban la ejecución como solución final a este molesto asunto público. Rice entonces aceptó que el castigo debía ser ejemplar pero no la pena capital y sin publicitar su decisión, impuso la cadena perpetua para Pomeroy, no solo eso, esta debía ser cumplida en solitario. Era algo así como enterrar vivo al sádico bribón.


Jesse Pomeroy en 1929 trasladado al hospicio donde terminaría sus días
Durante su encarcelamiento la única persona en visitar a Jesse Pomeroy fue su madre mes tras mes, hasta que ella murió y nadie más fue a visitarlo de nuevo. Comía solo y se ejercitaba en un patio sin que lo acompañara nadie. Le era permitido bañarse unas cuantas veces y le era abastecida su celda con abundante material de lectura. Pronto su mundo fue un cuarto de acero y concreto condición en el cual permaneció por 40 años. Durante este tiempo estudio varias lenguas pero jamás tuvo la oportunidad de practicar ninguna realmente. Mucho tiempo trató de planear un escape. Inclusive escarbó la pared hasta llegar a la tubería del gas tratando de volar la puerta de su celda. Hay quienes aseguran que no trataba de huir, sino de terminar con su propia vida. En 1917 su castigo fue disminuido y se le permitió integrarse a la población general de la prisión. A veces resurgía su nombre en periódicos y de vez en cuando algún reportero preguntaba sobre su actual condición. Cuando fue puesto con los demás disfrutaba como nadie saberse aún celebre por las atrocidades cometidas hacía cuatro décadas. Pero luego pasó el tiempo y los nuevos internos nada sabían acerca del viejo Pomeroy. En 1929 fue removido de Charlestown para llevarlo a un hospicio de la policía donde pasó los dos últimos años de su vida plagado de enfermedades y en franca agonía. Su deseo final fue ser cremado y que sus cenizas fueran esparcidas a los cuatro vientos. Jamás mostró remordimiento alguno por sus víctimas.

Tecnicas Criminologicas

Método y técnicas de investigación criminológica

La criminología como ciencia empírica utiliza un método de investigación cuyo soporte son la observación y la experimentación, es decir un método empírico-inductivo.

Es importante tener claro que el derecho y la criminología utilizan métodos diferentes:

El jurista utiliza un método dogmático, abstracto, deductivo, formal. El criminólogo se vale de un método empírico, inductivo e interdisciplinario. (Herrero, 1997, p.233).

Por otro lado no existe un método criminológico, sino diversos métodos o técnicas de investigación. La naturaleza del objeto examinado y las finalidades de la investigación misma determinarán, en cada caso, cuál es el más indicado. García-Pablos de Molina, 1999, p.237).

Entre las principales técnicas de investigación criminológica, Rodríguez Manzanera, nos proporciona la siguiente clasificación:

1) - Técnicas estadísticas (que merecen un estudio pormenorizado su lugar).

2) - Biológicas (vg., estudios genéticos).

3) - Biotipológicas (vg., estudios corporales para elaborar tipologías).

4) - Antropológicas (de corte antropométrico, cultural, etc.).

5) - Psicológicas (por ejemplo, test, entrevistas, etc.).

6) - Médicas (así exploraciones con aparatos, análisis, etc,).

7) - Sociológicas (vg., observación y experimentación de laboratorio de campo).

8) - Criminalísticas (por ejemplo, estudio del lugar de los hechos, análisis de laboratorio con técnicas dactiloscópicas, fotografías, químicas, etc.).

9) - Clínicas (historial clínico del desviado).

10- Biográficas (así, los estudios longitudinales, biografías y autobiografías de delincuentes).

- Documentales (informes, expedientes, memorias de organismos, etc.).

12- Bibliográficas (producción científica: tratados, artículos de los diversos expertos, etc.).

13- Psiquiátricas (así, exámenes del delincuente por especialistas, electroencefalograma, etc.). (Rodríguez Manzanera, 1990, p.54-55.)

-A Asimismo de acuero con la estructura de las técnicas de investigación, existen dos grandes categorìas o métodos que son:

Métodos cualitativos.

- Métodos cuantitativos.

En los primeros se tienen a los grupos de discusión, biografías, como técnicas de producción primaria; o el llamado análisis estructural de textos, como producción secundaria. En los segundos las encuestas sociales

Esquizofrenia (Subtipos Tradicionales)


ESQUIZOFRENIA

La esquizofrenia es un trastorno fundamental de la personalidad, una distorsión del pensamiento. Los que la padecen tienen frecuentemente el sentimiento de estar controlados por fuerzas extrañas. Poseen ideas delirantes que pueden ser extravagantes, con alteración de la percepción, afecto anormal sin relación con la situación y autismo entendido como aislamiento.


El deterioro de la función mental en estos enfermos ha alcanzado un grado tal que interfiere marcadamente con su capacidad para afrontar algunas de las demandas ordinarias de la vida o mantener un adecuado contacto con la realidad. El psicótico no vive en este mundo (disociación entre la realidad y su mundo), ya que existe una negación de la realidad de forma inconsciente. No es consciente de su enfermedad.

La actividad cognitiva del esquizofrénico no es normal, hay incoherencias, desconexiones y existe una gran repercusión en el lenguaje, pues no piensa ni razona de forma normal.

El comienzo de la enfermedad puede ser agudo, es decir, puede comenzar de un momento para otro con una crisis delirante, un estado maníaco, un cuadro depresivo con contenidos psicóticos o un estado confuso onírico. También puede surgir de manera insidiosa o progresiva.

La edad de inicio promedio es en los hombres entre los 15 y los 25 años, y en las mujeres entre los 25 y los 35 años. No obstante puede aparecer antes o después, aunque es poco frecuente que surja antes de los 10 años o después de los 50 años.

La prevalencia de esta enfermedad se sitúa entre el 0'3% y el 3'7% dependiendo de la zona del mundo donde estemos. Se ha observado una cierta prevalencia hereditaria, si uno de los padres padre padece esquizofrenia el hijo tiene un 12% de posibilidades de desarrollar dicho trastorno y si ambos son esquizofrénicos el niño tiene un 39% de probabilidades. Un niño con padres sanos tiene un 1% de posibilidades de padecer este trastorno, mientras que un niño con un hermano con este desorden tiene un 8% de probabilidades. Por tanto las causas de la esquizofrenia son tanto bioquímicas como ambientales.

La esquizofrenia se puede presentar principalmente asociada a los Trastornos Relacionados Sustancias. Del 30 al 40 % de los esquizofrénicos presenta problemas de abuso de alcohol; el 15-25 % problemas con el cannabis; del 5 al 10 % abusa o depende de la cocaína. También se incluye el abuso de nicotina, muy frecuente en estos pacientes. Las drogas y el alcohol permiten reducir los niveles de ansiedad y la depresión provocados por la esquizofrenia.




Criterios diagnónticos

No existe un cuadro clínico único, sino que hay múltiples síntomas característicos; síntomas emocionales, cognitivos, de personalidad y de actividad motora.

La sintomatología debe estar presentes durante al menos 1 mes y persistir durante al menos 6 meses.

Síntomas positivos: Exceso o distorsión de las funciones normales como:

Alucinaciones: percepciones que no existen que pueden ser auditivas, visuales, táctiles, olfativas o gustativas (las 2 primeras son las más comunes).
Ideas delirantes: alteraciones del pensamiento, ideas falsas e irreductibles al razonamiento argumental.
Lenguaje desorganizado e incoherente (suelen ser ideas de persecución, de grandeza, religiosos, de celos e hipocondríacos).
Comportamiento gravemente desorganizado (agitación, incapacidad de organizarse y de mantener la higiene personal) o catatónico (con una disminución de la actividad psíquica y motora hasta llegar a una falta total de atención y rigidez).
Síntomas negativos: Parecen reflejar una disminución o pérdida de las funciones normales. Los síntomas negativos comprenden restricciones:

Embotamiento afectivo: no reacción ante estímulos emocionales.
Pobreza del habla (alogia).
Abulia o apatía: falta de voluntad, incapacidad para persistir o para iniciar una actividad.
Anhedonia: incapacidad para disfrutar de los placeres.
Los síntomas negativos alteran la capacidad de funcionar en la vida diaria de los pacientes, son personas que se acaban aislando y perdiendo a los amigos.

El curso de la enfermedad se caracteriza por fases de agudización y fases de remisión de los síntomas, aunque algunos enfermos presentan un curso estable. A medida que pasa el tiempo, los síntomas negativos se acentúan más, mientras que los positivos van remitiendo.

También se produce una despersonalización donde los fenómenos psíquicos como la percepción, la memoria o los sentimientos aparecen como extraños a uno mismo: síndrome del espejo.

Otra característica es la desrealización o sensación de extrañeza frente al mundo externo, que por su proximidad y cotidaniedad debería resultar reconocido. El entorno aparece como nebuloso, irreal, extraño e insólito.

Fisiológicamente se puede observar un aumento del tamaño de los ventrículos cerebrales en los enfermos esquizofrénicos. Hay también un exceso de la actividad de los neurotransmisores dopaminérgicos.

La esquizofrenia afecta a las personas en el área social y laboral. Suelen tener problemas en las relaciones interpersonales, en el trabajo e incluso presentan dificultades en el cuidado de sí mismos.

Existen ciertas drogas que pueden inducir a la psicosis en personas con una especial vulnerabilidad a padecer esquizofrenia: anfetaminas (la más común), cannabis, alucinógenos (LSD), cocaína y alcohol.

Para su diagnóstico requiere de una exploración clínica y neurológica completa.




Subtipos tradicionales

ESQUIZOFRENIA PARANOIDE

Preocupación por una o más ideas delirantes de grandeza o persecución.
Alucinaciones auditivas frecuentes.
No hay lenguaje desorganizado, ni comportamiento catatónico o desorganizado, ni afectividad aplanada o inapropiada.
También pueden presentar ansiedad, ira, tendencia a discutir y violencia.
ESQUIZOFRENIA DESORGANIZADA

Lenguaje y comportamiento desorganizado.
Afectividad aplanada o inapropiada.
Puede presentar ideas delirantes que giran alrededor de un tema incoherente.
Suele ser de inicio temprano.
ESQUIZOFRENIA CATATÓNICA

Marcada alteración psicomotora que puede incluir inmovilidad motora o actividad motora excesiva.
Negativismo extremo, o mutismo.
Peculiaridades del movimiento voluntario con posturas extrañas, movimientos estereotipados, muecas.
Copia lo que dice o hace otra persona.
ESQUIZOFRENIA SIMPLE

Es un tipo de esquizofrenia sin alucinaciones ni delirios, pero el enfermo pierde sus capacidades, no da a basto.
ESQUIZOFRENIA HEBEFRÉNICA

Tiene un comienzo temprano (entre 12-13 años), en principio parece retraso mental.
Sufre alteración de la conducta.
Afectividad aplanada.
Delirios.
ESTADOS RESIDUALES O DE DEFECTO

Predominan los síntomas negativos, ocurre cuando se cronifican las alteraciones anteriores.
Pronóstico

Del 20 al 30% de los pacientes logran llevar una vida relativamente normal. El otro 20-30% experimenta síntomas moderados. Y el 40-60% restante lleva una vida perturbada por el trastorno.

Factores de buen pronóstico:

Edad tardía de comienzo.
Comienzo agudo de la enfermedad.
Existencia de factores precipitantes: drogas.
Ausencia de embotamiento afectivo.
Factores precipitantes de la enfermedad claramente identificables.
Si la persona presentaba buena adaptación social, sexual y laboral antes de la aparición de la enfermedad.
Ambiente social y familiar favorable.
Buen cumplimiento del tratamiento.
Antecedentes familiares de trastornos de humor.
Confusión y síntomas atípicos.
El subtipo de mejor pronóstico es la Esquizofrenia Paranoide.
Factores de mal pronóstico:

Inicio en edad temprana.
Comienzo progresivo o insidioso de la enfermedad.
Prevalencia de síntomas negativos.
Aislamiento social o pocos sistemas de apoyo social.
Trastorno previo de la personalidad.
Embotamiento afectivo.
Historia familiar de esquizofrenia.
Larga evolución antes del primer contacto médico.
Abuso de drogas.
Presencia de anomalías cerebrales claras (ventrículos dilatados).
Cuando la enfermedad no remite en tres años y hay múltiples recaídas.
La esquizofrenia de tipo Desorganizado es la de mayor gravedad.
Tratamiento

El tratamiento es farmacológico, los medicamentos antipsicóticos utilizados son los neurolépticos (Haloperidol, Largacil, Meleril, etc.) son muy efectivos en el tratamiento de la esquizofrenia pero poseen importantes efectos secundarios como temblores, rigidez, inquietud interna, sudor e incluso convulsiones. También produce efectos indeseables no neurológicos como ictericia (coloración amarillenta de la piel), fiebre alta, anemia aplásica, hipersensibilidad dérmica, hipotensión, incremento de peso y en casos extremos "síndrome neuroléptico maligno" que puede llevar a la muerte. Los neurolépticos aparecieron en los años cincuenta, actualmente existen nuevas formas de presentación que reducen estos efectos secundarios como la Clizamina o la Risperidona, gracias a este avance los pacientes no abandonan tan fácilmente el tratamiento, pues no sufren tantas molestias.

Frecuentemente se interna al paciente para estabilizar la medicación, evitar que se lastime o que dañe a otros, protegerlo de las ideas suicidas u homicidas, para proveerle cuidados básicos, alimento, higiene, reducir el nivel de estrés y ayudarlo a estructurar sus actividades diarias. La duración dependerá de la gravedad del padecimiento y de la disponibilidad de recursos para el tratamiento ambulatorio.

También se siguen terapias electroconvulsivas en pacientes catatónicos o que no pueden tomar medicación antipsicótica.

En un primer momento la psicoterapia individual es contraindicada, no así la terapia grupal o familiar que suelen ser muy beneficiosa. Las intervenciones psicosociales refuerzan la capacidad de la persona para enfrentarse al estrés o adaptarse a los efectos de la enfermedad.

La psicoterapia grupal es muy útil para el entrenamiento en habilidades sociales. Permiten la rehabilitación social y laboral del paciente, que aprende a relacionarse con los demás y a manejarse en la vida cotidiana después de contraída la enfermedad. Lo importante es que puedan tener un comportamiento adecuado dentro del hogar así como una mejor vida social.

lunes, 24 de mayo de 2010

ERIK ERIKSON


Erik Erikson nación en Frankfurt, Alemania el 15 de junio de 1902. Su patrimonio está rodeado de cierto misterio. Su padre biológico fue un danés desconocido que abandonó a su madre justo cuando nació Erik. Su madre, Karla Abrahamsen, fue una jóven judía que le crió sola durante los tres primeros años de la vida de Erik. En este momento, se casó con el Dr. Theodor Homberger, el pediatra de él y se mudaron a Karlsruhe en el sur de Alemania.

Después de finalizar la secundaria, Erik decidió ser artista. Cuando no asistía a clases de arte, vagaba por Europa, visitando museos y durmiendo bajo los puentes. Vivió una vida de rebelde descuidado durante mucho tiempo, justo antes de plantearse seriamente qué hacer con su vida.

Cuando cumplió los 25 años, un amigo suyo, Peter Blos (artista y más tarde psicoanalista), le sugirió que aplicara para una plaza de maestro en una escuela experimental para estudiantes americanos dirigida por Dorothy Burlingham, una amiga de Anna Freud. Además de enseñar arte, logró un certificado en educación Montesori y otro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Fue psicoanalizado por la misma Anna Freud. Mientras estuvo allí, conoció a una profesora de danza teatral en la escuela mencionada. Tuvieron tres hijos, uno de los cuales más tarde sería sociólogo.

En el momento en que los nazis toman el poder, abandonan Viena y se dirigen primero a Copenague y luego a Boston. Erikson aceptó un puesto de trabajo en la Escuela de Medicina de Harvard y practicó psicoanálisis de niños en su consulta privada. En este tiempo, logró codearse con psicólogos de la talla de Henry Murray y Kurt Lewin, asi como los antropólogos Ruth Benedict, Margaret Mead y Gregory Bateson. Creo que no sería exagerado decir que estos autores tuvieron tanta influencia en Erik, como la tuvo Sigmund sobre Anna Freud.

Más tarde enseñó en Yale y luego en la Universidad de California en Berkeley. Fue durante este período cuando Erik Erikson realizó sus estudios sobre los indios Dakota y los Yurok. Cuando obtuvo su ciudadanía americana, adoptó oficialmente el nombre de Erik Erikson; nadie sabe por qué escogió este nombre.

En 1950 escribe “Childhood and Society”, libro que contenía artículos de sus estudios de las tribus americanas, análisis de Máximo Gorky y Adolfo Hitler, así como una discusión de la “personalidad americana y las bases argumentales de su versión sobre la teoría freudiana. Estos temas (la influencia de la cultura sobre la personalidad y el análisis de figuras históricas) se repitieron en otros trabajos, uno de los cuales, La Verdad de Ghandi, obtuvo el premio Pulitzer y el Premio Nacional del Libro.

Durante el reinado de terror del senador Joseph McCarthy en 1950, Erikson abandona Berkeley cuando se les pide a los profesores que firmen un “compromiso de lealtad”. A partir de este momento, Erik pasa 10 años trabajando y enseñando en una clínica de Massachussets y posteriormente otros 10 años más de vuelta en Harvard. A partir de su jubilación en 1970, no deja de escribir e investigar durante el resto de su vida. Muere en 1994.



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Teoría

Erikson es un psicólogo del Yo freudiano. Esto significa que acepta las ideas de Freud como básicamente correctas, incluyendo aquellas debatibles como el complejo de Edipo, así como también las ideas con respecto al Yo de otros freudianos como Heinz Hartmann y por supuesto, Anna Freud.

No obstante, Erikson está bastante más orientado hacia la sociedad y la cultura que cualquier otro freudiano, tal y como cabía esperar de una persona con sus intereses antropológicos. Prácticamente, desplaza en sus teorías a los instintos y al inconsciente. Quizás por esta razón, Erikson es tan popular entre los freudianos y los no-freudianos por igual.

El Principio Epigenético

Erikson es muy conocido por su trabajo sobre la redefinición y expansión de la teoría de los estadios de Freud. Establecía que el desarrollo funciona a partir de un principio epigenético. Postulaba la existencia de ocho fases de desarrollo que se extendían a lo largo de todo el ciclo vital. Nuestros progresos a través de cada estadio está determinado en parte por nuestros éxitos o por los fracasos en los estadios precedentes. Como si fuese el botón de una rosa que esconde sus pétalos, cada uno de éstos se abrirá en un momento concreto, con un cierto órden que ha sido determinado por la naturaleza a través de la genética. Si interferimos con este órden natural de desarrollo extrayendo un pétalo demasiado pronto o en un momento que no es el que le corresponde, destruimos el desarrollo de la flor al completo.

Cada fase comprende ciertas tareas o funciones que son psicosociales por naturaleza. Aunque Erikson les llama crisis por seguir la tradición freudiana, el término es más amplio y menos específico. Por ejemplo, un niño escolar debe aprender a ser industrioso durante ese periodo de su vida y esta tendencia se aprende a través de complejas interacciones sociales de la escuela y la familia.

Las diversas tareas descritas por el autor se establecen en base a dos términos: una es la tarea del infante, llamada “confianza-desconfianza”. Al principio resulta obvio pensar que el niño debe aprender a confiar y no a desconfiar. Pero Erikson establece muy claramente que debemos aprender que existe un balance. Ciertamente, debemos aprender más sobre la confianza, pero también necesitamos aprender algo de desconfianza de manera que no nos convirtamos en adultos estúpidos.

Cada fase tiene un tiempo óptimo también. Es inútil empujar demasiado rápido a un niño a la adultez, cosa muy común entre personas obsesionadas con el éxito. No es posible bajar el ritmo o intentar proteger a nuestros niños de las demandas de la vida. Existe un tiempo para cada función.

Si pasamos bien por un estadio, llevamos con nosotros ciertas virtudes o fuerzas psicosociales que nos ayudarán en el resto de los estadios de nuestra vida. Por el contrario, si no nos va tan bien, podremos desarrollar maladaptaciones o malignidades, así como poner en peligro nuestro desarrollo faltante. De las dos, la malignidad es la peor, ya que comprende mucho de los aspectos negativos de la tarea o función y muy poco de los aspectos positivos de la misma, tal y como presentan las personas desconfiadas. La maladaptación no es tan mala y comprende más aspectos positivos que negativos de la tarea, como las personas que confían demasiado.

Niños y adultos

Quizás la innovación más importante de Erikson fue la de postular no 5 estadios como Freud había hecho, sino 8. Erik elaboró tres estadios adicionales de la adultez a partir del estadio genital hasta la adolescencia descrito por Freud. Ninguno de nosotros nos detenemos en nuestro desarrollo (sobre todo psicológicamente) después de los12 o 13 cumpleaños. Parece lógico estipular que debe haber una extensión de los estadios que cubra el resto de nuestro desarrollo.

Erikson también tuvo algo que decir con respecto a las interacciones de las generaciones, lo cual llamó mutualidad. Ya Freud había establecido claramente que los padres influían de una manera drástica el desarrollo de los niños. Pero Erikson amplió el concepto, partiendo de la idea de que los niños también influían al desarrollo de los padres. Por ejemplo, la llegada de un nuevo hijo, representa un cambio de vida considerable para una pareja y remueve sus trayectorias evolutivas. Incluso, sería apropiado añadir una tercera (y en algunos casos, una cuarta) generación al cuadro. Muchos de nosotros hemos sido influenciados por nuestros abuelos y ellos por nosotros.

Un ejemplo claro de mutualidad lo encontramos en los problemas que tiene una madre adolescente. Aún cuando tanto la madre como el hijo pueden llevar una vida satisfactoria, la chica está todavía envuelta en tareas de búsqueda de sí misma y de cómo encajar en la sociedad. La relación pasada o presente con el padre de su hijo puede ser inmadura tanto en uno como en el otro y si no se casan o viven juntos, ella tendrá que lidiar con los problemas de encontrar una nueva pareja. Por otro lado, el infante presenta una serie de necesidades básicas de todo niño, incluyendo la más importante: una madre con las habilidades maduras y apoyo social, como toda madre.

Si los padres de la chica en cuestión se unen para ayudar, tal y como cabría esperar, también romperán con sus funciones evolutivas, volviendo a un estilo vital que pensaban que habían pasado y altamente demandante. A estas generaciones se pueden añadir otras, y así sucesivamente.

Las formas en que nos interactuamos son extremadamente complejas y muy frustrantes para los teóricos. Pero ignorarlas sería obviar algo muy importante con respecto a nuestro desarrollo y nuestras personalidades.

Estadio (edad) Crisis psico-
social Relaciones significati-
vas Modalidades psicosociales Virtudes psico-
sociales Maladapta-
ciones y
Malignida-
des
I (0-1) infante Confianza vs.
desconfianza Madre Coger y dar en respuesta Esperanza,
fé Distorsión sensorial y
Desvaneci-
miento
II (2-3)
bebé Autonomía
vs. vergüenza y duda Padres Mantener y dejar ir Voluntad,
determinación Impulsividad y
Compulsión
III (3-6)
prescolar Iniciativa vs.
culpa Familia Ir más allá jugar Propósito,
coraje Crueldad y
Inhibición
IV (7-12)
escolar Laboriosidad
vs. inferioridad Vecindario y
escuela Completar
Hacer cosas juntos Competencia Virtuosidad
Unilateral y
Inercia

V (12-18 o más)
adolescencia Identidad yoica
vs. confusión de roles Grupos,
Modelos de roles Ser uno mismo.
Compartir ser uno mismo Fidelidad,
lealtad Fanatismo y
Repudio
VI (los 20’s)
adulto jóven Intimidad vs.
aislamiento Colegas,
amigos Perderse y hallarse a uno mismo en otro Amor Promiscuidad y
Exclusividad
VII (20’s tardíos a 50’s) adulto medio Generabilidad
vs. autoabsorción Hogar,
Compañeros de trabajo Lograr ser
Cuidar de Cuidado Sobrextensión y Rechazo
VIII (50’…) adulto viejo Integridad vs.
desesperación Los humanos o los “míos” Ser, a través de haber sido. Enfrentar el no ser Sabiduría Presunción y
Desesperanza


Estadio I

El primer estadio, el de infancia o etapa sensorio-oral comprende el primer año o primero y medio de vida. La tarea consiste en desarrollar la confianza sin eliminar completamente la capacidad para desconfiar.

Si papá y mamá proveen al recién nacido de un grado de familiaridad, consistencia y continuidad, el niño desarrollará un sentimiento de que el mundo, especialmente el mundo social, es un lugar seguro para estar; que las personas son de fiar y amorosas. También, a través de las respuestas paternas, el niño aprende a confiar en su propio cuerpo y las necesidades biológicas que van con él.

Si los padres son desconfiados e inadecuados en su proceder; si rechazan al infante o le hacen daño; si otros intereses provocan que ambos padres se alejen de las necesidades de satisfacer las propias, el niño desarrollará desconfianza. Será una persona aprensiva y suspicaz con respecto a los demás.

De todas maneras, es muy importante que sepamos que esto no quiere decir que los padres tengan que ser los mejores del mundo. De hecho, aquellos padres que son sobreprotectores; que están ahí tan pronto el niño llora, le llevarán a desarrollar una tendencia maladaptativa que Erikson llama desajuste sensorial, siendo excesivamente confiado, incluso crédulo. Esta persona no cree que alguien pudiera hacerle daño y usará todas las defensas disponibles para retener esta perspectiva exagerada.

Aunque, de hecho, es peor aquella tendencia que se inclina sobre el otro lado: el de la desconfianza. Estos niños desarrollarán la tendencia maligna de desvanecimiento (mantenemos aquí la traducción literal de “withdrawal”, como caída o desvanecimiento. Para mayor información sobre los términos técnicos aplicados a la teoría de Erikson, refiérase a la bibliografía al final del resumen. N.T.). Esta persona se torna depresiva, paranoide e incluso puede desarrollar una psicosis.

Si se logra un equilibrio, el niño desarrollará la virtud de esperanza, una fuerte creencia en la que se considera que siempre habrá una solución al final del camino, a pesar de que las cosas vayan mal. Uno de los signos que nos indican si el niño va bien en este primer estadio es si puede ser capaz de esperar sin demasiado jaleo a demorar la respuesta de satisfacción ante una necesidad: mamá y papá no tienen por qué ser perfectos; confío lo suficiente en ellos como para saber esta realidad; si ellos no pueden estar aquí inmediatamente, lo estarán muy pronto; las cosas pueden ser muy difíciles, pero ellos harán lo posible por arreglarlas. Esta es la misma habilidad que utilizaremos ante situaciones de desilusión como en el amor, en la profesión y muchos otros dominios de la vida.

Estadio II

El segundo estadio corresponde al llamado estadio anal-muscular de la niñez temprana, desde alrededor de los 18 meses hasta los 3-4 años de edad. La tarea primordial es la de alcanzar un cierto grado de autonomía, aún conservando un toque de vergüenza y duda.

Si papá y mamá (y otros cuidadores que entran en escena en esta época) permiten que el niño explore y manipule su medio, desarrollará un sentido de autonomía o independencia. Los padres no deben desalentarle ni tampoco empujarle demasiado. Se requiere, en este sentido, un equilibrio. La mayoría de la gente le aconsejan a los padres que sean “firmes pero tolerantes” en esta etapa, y desde luego el consejo es bueno. De esta manera, el niño desarrollará tanto un autocontrol como una autoestima importantes.

Por otra parte, en vez de esta actitud descrita, es bastante fácil que el niño desarrolle un sentido de vergüenza y duda. Si los padres acuden de inmediato a sustituir las acciones dirigidas a explorar y a ser independiente, el niño pronto se dará por vencido, asumiendo que no puede hacer las cosas por sí mismo. Debemos tener presente que el burlarnos de los esfuerzos del niño puede llevarle a sentirse muy avergonzado, y dudar de sus habilidades.

También hay otras formas de hacer que el niño se sienta avergonzado y dudoso. Si le damos al niño una libertad sin restricciones con una ausencia de límites, o si le ayudamos a hacer lo que él podría hacer solo, también le estamos diciendo que no es lo suficientemente bueno. Si no somos lo suficientemente pacientes para esperar a que el niño se ate los cordones de sus zapatos, nunca aprenderá a atárselos, asumiendo que esto es demasiado difícil para aprenderlo.

No obstante, un poco de vergüenza y duda no solo es inevitable, sino que incluso es bueno. Sin ello, se desarrollará lo que Erikson llama impulsividad, una suerte de premeditación sin vergüenza que más tarde, en la niñez tardía o incluso en la adultez, se manifestará como el lanzarse de cabeza a situaciones sin considerar los límites y los atropellos que esto puede causar.

Peor aún es demasiada vergüenza y duda, lo que llevará al niño a desarrollar la malignidad que Erikson llama compulsividad. La persona compulsiva siente que todo su ser está envuelto en las tareas que lleva a cabo y por tanto todo debe hacerse correctamente. El seguir las reglas de una forma precisa, evita que uno se equivoque, y se debe evitar cualquier error a cualquier precio. Muchos de ustedes reconocen lo que es sentirse avergonzado y dudar continuamente de uno mismo. Un poco más de paciencia y tolerancia hacia sus hijos podría ayudarles a evitar el camino recorrido que ustedes han seguido. Y quizás también deberían darse un respiro ustedes mismos.

Si logramos un equilibrio apropiado y positivo entre la autonomía y la vergüenza y la culpa, desarrollaremos la virtud de una voluntad poderosa o determinación. Una de las cosas más admirables (y frustrantes) de un niño de dos o tres años es su determinación. Su mote es “puedo hacerlo”. Si preservamos ese “puedo hacerlo” (con una apropiada modestia, para equilibrar) seremos mucho mejores como adultos.

Estadio III

Este es el estadio genital-locomotor o la edad del juego. Desde los 3-4 hasta los 5-6 años, la tarea fundamental es la de aprender la iniciativa sin una culpa exagerada.

La iniciativa sugiere una respuesta positiva ante los retos del mundo, asumiendo responsabilidades, aprendiendo nuevas habilidades y sintiéndose útil. Los padres pueden animar a sus hijos a que lleven a cabo sus ideas por sí mismos. Debemos alentar la fantasía, la curiosidad y la imaginación. Esta es la época del juego, no para una educación formal. Ahora el niño puede imaginarse, como nunca antes, una situación futura, una que no es la realidad actual. La iniciativa es el intento de hacer real lo irreal.

Pero si el niño puede imaginar un futuro, si puede jugar, también será responsable…y culpable. Si mi hijo de dos años tira mi reloj en el váter, puedo asumir sin temor a equivocarme que no hubo mala intención en el acto. Era solo una cosa dando vueltas y vueltas hasta desaparecer. ¡Qué divertido!. ¡Pero si mi hija de cinco años lo hace…bueno, deberíamos saber qué va a pasar con el reloj, qué ocurrirá con el temperamento de papá y que le ocurrirá a ella!. Podría sentirse culpable del acto y comenzaría a sentirse culpable también. Ha llegado la capacidad para establecer juicios morales.

Erikson es, por supuesto, un freudiano y por tanto incluye la experiencia edípica en este estadio. Desde su punto de vista, la crisis edípica comprende la renuencia que siente el niño a abandonar su cercanía al sexo opuesto. Un padre tiene la responsabilidad, socialmente hablando, de animar al niño a que “crezca”; “¡que ya no eres un niño!”. Pero si este proceso se establece de manera muy dura y extrema, el niño aprende a sentirse culpable con respecto a sus sentimientos.

Demasiado iniciativa y muy poca culpa significa una tendencia maladaptativa que Erikson llama crueldad. La persona cruel toma la iniciativa. Tiene sus planes, ya sea en materia de escuela, romance o política, o incluso profesión. El único problema es que no toma en cuenta a quién tiene que pisar para lograr su objetivo. Todo es el logro y los sentimientos de culpa son para los débiles. La forma extrema de la crueldad es la sociopatía.

La crueldad es mala para los demás, pero relativamente fácil para la persona cruel. Peor para el sujeto es la malignidad de culpa exagerada, lo cual Erikson llama inhibición. La persona inhibida no probará cosa alguna, ya que “si no hay aventura, nada se pierde” y particularmente, nada de lo que sentirse culpable. Desde el punto de vista sexual, edípico, la persona culposa puede ser impotente o frígida.

Un buen equilibrio llevará al sujeto a la virtud psicosocial de propósito. El sentido del propósito es algo que muchas personas anhelan a lo largo de su vida, aunque la mayoría de ellas no se dan cuenta que, de hecho, ya llevan a cabo sus propósitos a través de su imaginación y su iniciativa. Creo que una palabra más acertada para esta virtud hubiera sido coraje; la capacidad para la acción a pesar de conocer claramente nuestras limitaciones y los fallos anteriores.

Estadio IV

Esta etapa corresponde a la de latencia, o aquella comprendida entre los 6 y 12 años de edad del niño escolar. La tarea principal es desarrollar una capacidad de laboriosidad al tiempo que se evita un sentimiento excesivo de inferioridad. Los niños deben “domesticar su imaginación” y dedicarse a la educación y a aprender las habilidades necesarias para cumplir las exigencias de la sociedad.

Aquí entra en juego una esfera mucho más social: los padres, así como otros miembros de la familia y compañeros se unen a los profesores y otros miembros de la comunidad. Todos ellos contribuyen; los padres deben animar, los maestros deben cuidar; los compañeros deben aceptar. Los niños deben aprender que no solamente existe placer en concebir un plan, sino también en llevarlo a cabo. Deben aprender lo que es el sentimiento del éxito, ya sea en el patio o el aula; ya sea académicamente o socialmente.

Una buena forma de percibir las diferencias entre un niño en el tercer estadio y otro del cuarto es sentarse a ver cómo juegan. Los niños de cuatro años pueden querer jugar, pero solo tienen conocimientos vagos de las reglas e incluso las cambian varias veces a todo lo largo del juego escogido. No soportan que se termine el juego, como no sea tirándoles las piezas a su oponente. Un niño de siete años, sin embargo, está dedicado a las reglas, las consideran algo mucho más sagrado e incluso puede enfadarse si no se permite que el juego llegue a una conclusión estipulada.

Si el niño no logra mucho éxito, debido a maestros muy rígidos o a compañeros muy negadores, por ejemplo, desarrollará entonces un sentimiento de inferioridad o incompetencia. Una fuente adicional de inferioridad, en palabras de Erikson, la constituye el racismo, sexismo y cualquier otra forma de discriminación. Si un niño cree que el éxito se logra en virtud de quién es en vez de cuán fuerte puede trabajar, entonces ¿para qué intentarlo?.

Una actitud demasiado laboriosa puede llevar a la tendencia maladaptativa de virtuosidad dirigida. Esta conducta la vemos en niños a los que no se les permite “ser niños”; aquellos cuyos padres o profesores empujan en un área de competencia, sin permitir el desarrollo de intereses más amplios. Estos son los niños sin vida infantil: niños actores, niños atletas, niños músicos, niños prodigio en definitiva. Todos nosotros admiramos su laboriosidad, pero si nos acercamos más, todo ello se sustenta en una vida vacía.

Sin embargo, la malignidad más común es la llamada inercia. Esto incluye a todos aquellos de nosotros que poseemos un “complejo de inferioridad”. Alfred Adler habló de ello. Si a la primera no logramos el éxito, ¡no volvamos a intentarlo!. Por ejemplo, a muchos de nosotros no nos ha ido bien en matemáticas, entonces nos morimos antes de asistir a otra clase de matemáticas. Otros fueron humillados en el gimnasio, entonces nunca harán ningún deporte o ni siquiera jugarán al raquetball. Otros nunca desarrollaron habilidades sociales (la más importante de todas), entonces nunca saldran a la vida pública. Se vuelven seres inertes.

Lo ideal sería desarrollar un equilibrio entre la laboriosidad y la inferioridad; esto es, ser principalmente laboriosos con un cierto toque de inferioridad que nos mantenga sensiblemente humildes. Entonces tendremos la virtud llamada competencia.

Estadio V

Esta etapa es la de la adolescencia, empezando en la pubertad y finalizando alrededor de los 18-20 años. (Actualmente está claro que debido sobre todo a una serie de factores psicosociales, la adolescencia se prolonga más allá de los 20 años, incluso hasta los 25 años. N.T.). La tarea primordial es lograr la identidad del Yo y evitar la confusión de roles. Esta fue la etapa que más interesó a Erikson y los patrones observados en los chicos de esta edad constituyeron las bases a partir de la cuales el autor desarrollaría todas las otras etapas.

La identidad yoica significa saber quiénes somos y cómo encajamos en el resto de la sociedad. Exige que tomemos todo lo que hemos aprendido acerca de la vida y de nosotros mismos y lo moldeemos en una autoimagen unificada, una que nuestra comunidad estime como significativa.

Hay cosas que hacen más fácil estas cuestiones. Primero, debemos poseer una corriente cultural adulta que sea válida para el adolescente, con buenos modelos de roles adultos y líneas abiertas de comunicación.

Además, la sociedad debe proveer también unos ritos de paso definidos; o lo que es lo mismo, ciertas tareas y rituales que ayuden a distinguir al adulto del niño. En las culturas tradicionales y primitivas, se le insta al adolescente a abandonar el poblado por un periodo de tiempo determinado con el objeto de sobrevivir por sí mismo, cazar algún animal simbólico o buscar una visión inspiradora. Tanto los chicos como las chicas deberán pasar por una serie de pruebas de resistencia, de ceremonias simbólicas o de eventos educativos. De una forma o de otra, la diferencia entre ese periodo de falta de poder, de irresponsabilidad de la infancia y ese otro de responsabilidad propio del adulto se establece de forma clara.

Sin estos límites, nos embarcamos en una confusión de roles, lo que significa que no sabremos cuál es nuestro lugar en la sociedad y en el mundo. Erikson dice que cuando un adolescente pasa por una confusión de roles, está sufriendo una crisis de identidad. De hecho, una pregunta muy común de los adolescentes en nuestra sociedad es “¿Quién soy?”.

Una de las sugerencias que Erikson plantea para la adolescencia en nuestra sociedad es la una moratoria psicosocial. Anima a los jóvenes a que se tomen un “tiempo libre”. Si tienes dinero, vete a Europa. Si no lo tienes, merodea los ambientes de Estados Unidos. Deja el trabajo por un tiempo y vete al colegio. Date un respiro, huele las rosas, búscate a ti mismo. Por norma, tendemos a conseguir el “éxito” demasiado deprisa, aunque muy pocos de nosotros nos hayamos detenido a pensar en lo que significa el éxito para nosotros. De la misma manera que los jóvenes Oglala Dakota, quizás también necesitemos soñar un poco.

Existe un problema cuando tenemos demasiado “identidad yoica”. Cuando una persona está tan comprometida con un rol particular de la sociedad o de una subcultura, no queda espacio suficiente para la tolerancia. Erikson llama a esta tendencia maladaptativa fanatismo. Un fanático cree que su forma es la única que existe. Por descontado está que los adolescentes son conocidos por su idealismo y por su tendencia a ver las cosas en blanco o negro. Éstos envuelven a otros alrededor de ellos, promocionando sus estilos de vida y creencias sin importarles el derecho de los demás a estar en desacuerdo.

La falta de identidad es bastante más problemática, y Erikson se refiere a esta tendencia maligna como repudio. Estas personas repudian su membresía en el mundo adulto e incluso repudian su necesidad de una identidad. Algunos adolescentes se permiten a sí mismos la “fusión” con un grupo, especialmente aquel que le pueda dar ciertos rasgos de identidad: sectas religiosas, organizaciones militaristas, grupos amenazadores; en definitiva, grupos que se han separado de las corrientes dolorosas de la sociedad. Pueden embarcarse en actividades destructivas como la ingesta de drogas, alcohol o incluso adentrarse seriamente en sus propias fantasías psicóticas. Después de todo, ser “malo” o ser “nadie” es mejor que no saber quién soy.

Si logramos negociar con éxito esta etapa, tendremos la virtud que Erikson llama fidelidad. La fidelidad implica lealtad, o la habilidad para vivir de acuerdo con los estándares de la sociedad a pesar de sus imperfecciones, faltas e inconsistencias. No estamos hablando de una lealtad ciega, así como tampoco de aceptar sus imperfecciones. Después de todo, si amamos nuestra comunidad, queremos que sea la mejor posible. Realmente, la fidelidad de la que hablamos se establece cuando hemos hallado un lugar para nosotros dentro de ésta, un lugar que nos permitirá contribuir a su estabilidad y desarrollo.

Estadio VI

Si hemos podido llegar esta fase, nos encontramos entonces en la etapa de la adultez jóven, la cual dura entre 18 años hasta los 30 aproximadamente. Los límites temporales con respecto a las edades en los adultos son mucho más tenues que en las etapas infantiles, siendo estos rangos muy distintos entre personas. La tarea principal es lograr un cierto grado de intimidad, actitud opuesta a mantenerse en aislamiento.

La intimidad supone la posibilidad de estar cerca de otros, como amantes, amigos; como un partícipe de la sociedad. Ya que posees un sentimiento de saber quién eres, no tienes miedo a “perderte” a ti mismo, como presentan muchos adolescentes. El “miedo al compromiso” que algunas personas parecen presentar es un buen ejemplo de inmadurez en este estadio. Sin embargo, este miedo no siempre es tan obvio. Muchas personas enlentecen o postergan el proceso progresivo de sus relaciones interpersonales. “Me casaré (o tendré una familia, o me embarcaré en algún tema social) tan pronto acabe la universidad; tan pronto tenga un trabajo; cuando tenga una casa; tan pronto…Si has estado comprometido durante los últimos 10 años, ¿qué te hace echarte atrás?.

El joven adulto ya no tiene que probarse a sí mismo. Una relación de pareja adolescente sí busca un establecimiento de identidad a través de la relación. “¿Quién soy?. Soy su novio”. La relación de adultos jóvenes debe ser una cuestión de dos egos independientes que quieren crear algo más extenso que ellos mismos. Intuitivamente reconocemos esto cuando observamos la relación de pareja de dos sujetos donde uno de ellos es un adolescente y el otro un adulto joven. Nos percatamos del potencial de dominio que tiene el último sobre el primero.

A esta dificultad se añade que nuestra sociedad tampoco ha hecho mucho por los adultos jóvenes. El énfasis sobre la formación profesional, el aislamiento de la vida urbana, la fractura de las relaciones por motivos de traslados y la naturaleza generalmente impersonal de la vida moderna, hacen que sea más difícil el desarrollo de relaciones íntimas. Yo soy una de esas personas que he tenido que mudarme de lugar docenas de veces en mi vida. No tengo ni la más remota idea de lo que pasó con mis amigos infantiles o incluso de aquellos que tenía en la universidad. Mis amigos más antiguos están a miles de kilómetros de donde vivo. Yo resido donde las necesidades relativas a mi profesión me han llevado y por tanto, no tengo una sensación firme de comunidad.

Bueno, antes de que me ponga demasiado depresivo, mejor hablemos de ustedes. Sé que a muchos de ustedes no les ha pasado lo mismo. Si han crecido y afincado en una comunidad en particular, especialmente una rural, es muy probable que ustedes tengan relaciones mucho más profundas y duraderas; probablemente se casaron con el amor de toda su vida, y sienten un buen cariño por su comunidad. Pero este estilo de vida se está volviendo rápidamente un anacronismo.

La tendencia maladaptativa que Erikson llama promiscuidad, se refiere particularmente a volverse demasiado abierto, muy fácilmente, sin apenas esfuerzo y sin ninguna profundidad o respeto por tu intimidad. Esta tendencia se puede dar tanto con tu amante, como con tus amigos, compañeros y vecinos.

La exclusión es la tendencia maligna de aislamiento máximo. La persona se aísla de sus seres queridos o parejas, amigos y vecinos, desarrollando como compensación un sentimiento constante de cierta rabia o irritabilidad que le sirve de compañía.

Si atravesamos con éxito esta etapa, llevaremos con nosotros esa virtud o fuerza psicosocial que Erikson llama amor. Dentro de este contexto teórico, el amor se refiere a esa habilidad para alejar las diferencias y los antagonismos a través de una “mutualidad de devoción”. Incluye no solamente el amor que compartimos en un buen matrimonio, sino también el amor entre amigos y el amor de mi vecino, compañero de trabajo y compatriota.

Estadio VII

Este estadio corresponde al de la adultez media. Es muy difícil establecer el rango de edades, pero incluiría aquel periodo dedicado a la crianza de los niños. Para la mayoría de las personas de nuestra sociedad, estaríamos hablando de un período comprendido entre los 20 y pico y los 50 y tantos. La tarea fundamental aquí es lograr un equilibrio apropiado entre la productividad (también conocido en el ámbito de la psicología como generabilidad. N.T.) y el estancamiento.

La productividad es una extensión del amor hacia el futuro. Tiene que ver con una preocupación sobre la siguiente generación y todas las demás futuras. Por tanto, es bastante menos “egoísta” que la intimidad de los estadios previos: la intimidad o el amor entre amantes o amigos, es un amor entre iguales y necesariamente es recíproco. ¡Ah, claro, nosotros amamos al otro sin egoísmo!. Pero la verdad es que si no recibimos el amor de vuelta, no lo consideramos un amor verdadero. Con la productividad, no estamos esperando, al menos parece que no implícitamente, una reciprocidad en el acto. Pocos padres esperan una “vuelta de su investimiento” de sus hijos, y si lo hacen, no creemos que sean buenos padres.

Aunque la mayoría de las personas ponen en práctica la productividad teniendo y criando los hijos, existen otras maneras también. Erikson considera que la enseñanza, la escritura, la inventiva, las ciencias y las artes, el activismo social complementan la tarea de productividad. En definitiva, cualquier cosa que llene esa “vieja necesidad de ser necesitado”.

El estancamiento, por otro lado, es la “auto-absorción”; cuidar de nadie. La persona estancada deja de ser un miembro productivo de la sociedad. Es bastante difícil imaginarse que uno tenga algún tipo de estancamiento en nuestras vidas, tal y como ilustra la tendencia maladaptativa que Erikson llama sobrextensión. Algunas personas tratan de ser tan productivas que llega un momento en que no se pueden permitir nada de tiempo para sí mismos, para relajarse y descansar. Al final, estas personas tampoco logran contribuir algo a la sociedad. Estoy seguro de que todos ustedes conocerán a alguien inmerso en un sinnúmero de actividades o causas; o tratan da tomar todas las clases posibles o mantener tantos trabajos…Al final, no tienen ni siquiera tiempo para hacer ninguna de estas actividades.

Más obvia todavía resulta la tendencia maligna de rechazo, lo que supone muy poca productividad y bastante estancamiento, lo que produce una mínima participación o contribución a la sociedad. Y desde luego que aquello que llamamos “el sentido de la vida” es una cuestión de cómo y qué contribuimos o participamos en la sociedad.

Esta es la etapa de la “crisis de la mediana edad”. En ocasiones los hombres y mujeres se preguntan esa interrogante tan terrible y vasta de “¿Qué estoy haciendo aquí?”. Detengámonos un momento a analizar esta pregunta. En vez de preguntarse por quiénes están haciendo lo que hacen, se preguntan el qué hacen, dado que la atención recae sobre ellos mismos. Debido al pánico a envejecer y a no haber logrado las metas ideales que tuvieron cuando jóvenes, tratan de “recapturar” su juventud. El ejemplo más evidente se percibe en los hombres. Dejan a sus sufrientes esposas, abandonan sus tediosos trabajos, se compran ropa de última moda y empiezan a acudir bares de solteros. Evidentemente, raramente encuentran lo que andan buscando porque sencillamente están buscando algo equivocado. (Un buen ejemplo lo constituye el papel interpretado por Kevin Spacey en la famosa (por algo será tan aceptada por el público, sobre todo masculino) en la película “American Beauty”. N.T.).

Pero si atravesamos esta etapa con éxito. Desarrollaremos una capacidad importante para cuidar que nos servirá a lo largo del resto de nuestra vida.

Estadio VIII

Esta última etapa, la delicada adultez tardía o madurez, o la llamada de forma más directa y menos suave edad de la vejez, empieza alrededor de la jubilación, después que los hijos se han ido; digamos más o menos alrededor de los 60 años. Algunos colegas “viejetes” rabian con esto y dicen que esta etapa empieza solo cuando uno se siente viejo y esas cosas, pero esto es un efecto directo de una cultura que realza la juventud, lo cual aleja incluso a los mayores de que reconozcan su edad. Erikson establece que es bueno llegar a esta etapa y si no lo logramos es que existieron algunos problemas anteriores que retrasaron nuestro desarrollo.

La tarea primordial aquí es lograr una integridad yoica (conservamos aquí la terminología acorde con los vocablos técnicos dentro del marco de la psicología. También puede entenderse el término como “integridad”. N.T.) con un mínimo de desesperanza. Esta etapa parece ser la más difícil de todas, al menos desde un punto de vista juvenil. Primero ocurre un distanciamiento social, desde un sentimiento de inutilidad; todo esto evidentemente en el marco de nuestra sociedad. Algunos se jubilan de trabajos que han tenido durante muchos años; otros perciben que su tarea como padres ya ha finalizado y la mayoría creen que sus aportes ya no son necesarios.

Además existe un sentido de inutilidad biológica, debido a que el cuerpo ya no responde como antes. Las mujeres pasan por la menopausia, algunas de forma dramática. Los hombres creen que ya “no dan la talla”. Surgen enfermedades de la vejez como artritis, diabetes, problemas cardíacos, problemas relacionados con el pecho y ovarios y cánceres de próstata. Empiezan los miedos a cuestiones que uno no había temido nunca, como por ejemplo a un proceso gripal o simplemente a caerse.

Junto a las enfermedades, aparecen las preocupaciones relativas a la muerte. Los amigos mueren; los familiares también. La esposa muere. Es inevitable que también a uno le toque su turno. Al enfrentarnos a toda esta situación, parece que todos debemos sentirnos desesperanzados.

Como respuesta a esta desesperanza, algunos mayores se empiezan a preocupar con el pasado. Después de todo, allí las cosas eran mejores. Algunos se preocupan por sus fallos; esas malas decisiones que se tomaron y se quejan de que no tienen ni el tiempo ni la energía para revertirlas (muy diferente a estadios anteriores). Vemos entonces que algunos ancianos se deprimen, se vuelven resentidos, paranoides, hipocondríacos o desarrollan patrones comportamentales de senilidad con o sin explicación biológica.

La integridad yoica significa llegar a los términos de tu vida, y por tanto, llegar a los términos del final de tu vida. Si somos capaces de mirar atrás y aceptar el curso de los eventos pasados, las decisiones tomadas; tu vida tal y como la viviste, como necesariamente así, entonces no necesitarás temerle a la muerte. Aunque la mayoría de ustedes no se encuentran en este punto de la vida, quizás podríamos identificarnos un poco si empezamos a cuestionarnos nuestra vida hasta el momento. Todos hemos cometido errores, alguno de ellos bastante graves; si bien no seríamos lo que somos si no los hubiéramos cometidos. Si hemos sido muy afortunados, o si hemos jugado a la vida de forma segura y con pocos errores, nuestra vida no habría sido tan rica como lo es.

La tendencia maladaptativa del estadio 8 es llamada presunción. Esto ocurre cuando la persona “presume” de una integridad yoica sin afrontar de hecho las dificultades de la senectud.

La tendencia maligna es la llamada desdén. Erikson la define como un desacato a la vida, tanto propia como la de los demás.

La persona que afronta la muerte sin miedo tiene la virtud que Erikson llama sabiduría. Considera que este es un regalo para los hijos, dado que “los niños sanos no temerán a la vida si sus mayores tienen la suficiente integridad para no temer a la muerte”. El autor sugiere que una persona debe sentirse verdaderamente agraciada de ser sabia, entendiendo lo de “agraciada” en su sentido más amplio: me he encontrado con personas muy poco agraciadas que me han enseñado grandes cosas, no por sus palabras sabias, sino por su simple y gentil acercamiento a la vida y a la muerte; por su “generosidad de espíritu”.

EL APRENDIZAJE PIAGET

El Aprendizaje según Piaget






En este artículo se pretende destacar lo esencial del pensamiento de Piaget a través de caracterizar sintéticamente algunos de sus principales aportes a la educación en general y a la didáctica en particular. Para ello se describirá a modo de extractos sus principales ideas, extraídas éstas de distintas consultas bibliográficas, y se desarrollará una entrevista simulada sobre los tópicos que consideramos más salientes de su teoría. Consideramos que esta nota puede ser una excusa valida para retomar la lectura de su vasta obra y a raíz de ella rever nuestra praxis áulica.




Jean Piaget fue un biólogo y epistemólogo de origen suizo, cuyas investigaciones siguen siendo una fuente de consulta insoslayable para todos los docentes independientemente del nivel educativo en que se desempeñen. Sus aportes son invalorables ya que a través de sus estudios se describió con detalles la forma en que se produce el desarrollo cognitivo. Asimismo su teoría permitió que los docentes conozcan con relativa certeza el momento y el tipo de habilidad intelectual que cada alumno puede desarrollar según en el estadio o fase cognoscitiva en la que se encuentra.




Sus investigaciones y estudios trascendieron a través de la Escuela Pedagógica de Ginebra, para distinguirla de la de Harvard referenciada por Brunner, o la rusa fundada por Vigotsky y Luria, autores que destacaremos en otra oportunidad. De formación biológica, su interés siempre fue la Epistemología, disciplina científica que procura investigar de que manera sabemos lo que sabemos, esencialmente su teoría puede destacarse de la siguiente manera:




· Genética : ya que los procesos superiores surgen de mecanismos biológicos arraigados en el desarrollo del sistema nervioso del individuo.




· Maduracional : por que cree que los procesos de formación de conceptos siguen una pauta invariable a través de varias etapas o estadios claramente definibles y que aparecen en determinadas edades.




· Jerárquico : ya que las etapas propuestas tienen que experimentarse y atravesarse en un determinado orden antes que pueda darse ninguna etapa posterior de desarrollo.




En la aparición y desarrollo de estas etapas influyen cualitativamente distintos factores, destacándose entre ellos los biológicos, los educacionales y culturales y por último el socio familiar. La aclaración que realiza el autor no es menor ya que según se produzcan e interactúen estos factores, los estadios o fases podrán sufrir distintas alteraciones tanto de duración y extensión o disminución de plazos, como de calidades operacionales. En este sentido la Sociedad primero y la Institución Educativa después tienen mucho que aportar para lograr una educación equitativa y de calidad.

MECANISMOS DE DEFENSA

Mecanismo de defensa
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Los llamados mecanismos de defensa son mecanismos psicológicos no razonados que reducen las consecuencias de un acontecimiento estresante, de modo que el individuo suele seguir funcionando con normalidad.


1 Generalidades 1.1 Mecanismos de defensa principales1.2 Otros mecanismos2 Descripción breve de algunos mecanismos de defensa3 Mecanismos de defensa en Psicología4 Mecanismos de defensa en Psicoanálisis5 Modelo fisicalista dinámico de los mecanismos de defensa6 Véase también7 Referencias8 Bibliografía
Generalidades [editar]Según las antiguas investigaciones antropolofigispanicas los mecanismos de defensa han sido de gran utilidad para los seres humanos ya que estos lo pueden manejar antropolofigisticamente, convirtiéndose en lo que llamamos hoy en día acción y reacción. Estas técnicas llamadas Técnicas de ajuste básico, Mecanismos homeostaticos, Estrategias de afrontamiento son, junto a los mecanismos de defensa, mecanismos psicológicos que reducen las consecuencias de un acontecimiento estresante, de modo que el individuo puede seguir funcionando normalmente. Los modelos de comportamiento que componen la psiquis en el ser humano, son un compuesto de fuerzas. Estas fuerzas son las características genéticas, las características instintivas que residen en el inconsciente y los factores de desarrollo, que incluyen: adiestramiento, circunstancias ambientales del individuo, y experiencia y formación.

La mayor parte de las personas mantienen un balance equilibrado entre estas fuerzas. Algunas veces el balance es muy tenue y se ajusta con los mecanismos de defensa.

"Estrategias de afrontamiento" se refiere a actividades y comportamientos de las que el individuo es consciente y "Mecanismos de defensa" se refiere a procesos mentales inconscientes. Véase también La mayoria de las veces se da en adoslescentes. Los "mecanismos de defensa", que como se ha dicho son comportamientos inconscientes, son diversas formas de defensa psicológica con las cuales el sujeto consigue vencer, evitar, circundar, escapar, ignorar o sentir angustias, frustraciones y amenazas por medio del retiro de los estímulos cognitivos que las producirían. Entre los mecanismos de defensa se incluyen los siguientes:

Mecanismos de defensa principales [editar]Se da la mayoria de las situaciones en adolescentes.

Condensación
Desplazamiento
Disociación
Formación reactiva
Negación
Proyección
Racionalización
Represión
Otros mecanismos [editar]Actuación o paso al acto (acting out)
Altruismo (como mecanismo de defensa)
Identificación con el agresor
Identificación proyectiva
Intelectualización
Introyección
Sublimación
Supresión
Descripción breve de algunos mecanismos de defensa [editar]Los métodos más usados por las personas habitualmente para vencer, evitar, circundar, escapar, o ignorar las frustraciones y amenazas incluyen los siguientes:

Sublimación: el impulso es canalizado a una nueva y más aceptable salida. Se dice que una pulsión se sublima en la medida en que es derivada a un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente valorados, principalmente la actividad artística y la investigación intelectual.[1] Ejemplo: el deseo de un niño de exhibirse puede sublimarse en una carrera vocacional por el teatro.
Disociación: se refiere al mecanismo mediante el cual el inconsciente nos hace olvidar enérgicamente eventos o pensamientos que serían dolorosos si se les permitiese acceder a nuestro pensamiento (consciente). Ejemplo: olvidarnos del cumpleaños de antiguas parejas, fechas, etc.
Proyección: es el mecanismo por el cual sentimientos o ideas dolorosas son proyectadas hacia otras personas o cosas cercanas pero que el individuo siente ajenas y que no tienen nada que ver con él.
Negación: se denomina así al fenómeno mediante el cual el individuo trata factores obvios de la realidad como si no existieran. Ejemplo: fumar provoca cáncer pero la persona lo niega e incluso estima que es favorable para la salud al ser placentero.
Introyección (lo opuesto a proyección): es la incorporación subjetiva por parte de una persona de rasgos que son característicos de otra. Ejemplo: una persona deprimida quizá incorpora las actitudes y las simpatías de otra persona y así, si esa otra persona tiene antipatía hacía alguien determinado, el deprimido sentirá también antipatía hacia esa persona determinada.
Regresión: es el retorno a un funcionamiento mental de nivel anterior ("más infantil"). Ejemplo: los niños pueden retraerse a un nivel más infantil cuando nacen sus hermanos y mostrar un comportamiento inmaduro como chuparse el pulgar o mojar la cama.
Formación reactiva o reacción formada: sirve para prevenir que un pensamiento doloroso o controvertido emerja. El pensamiento es sustituido inmediatamente por uno agradable. Ejemplo: una persona que no puede reconocer ante sí mismo, que otra persona le produce antipatía, nunca le muestra señales de hostilidad y siempre le muestra un cara amable.
Aislamiento: es la separación del recuerdo y los sentimientos (afecto, odio). Ejemplo: un gran amor es asesinado en un incidente. Su pareja narra los detalles con una falta completa de emoción.
Desplazamiento: es la condición en la cual no solo el sentimiento conectado a una persona o hecho en particular es separado, sino que además ese sentimiento se une a otra persona o hecho. Ejemplo: el obrero de la fábrica tiene problemas con su supervisor pero no puede desahogarlos en el tiempo. Entonces, al volver a casa y sin razón aparente, discute con su mujer.
Racionalización: es la sustitución de una razón inaceptable pero real, por otra aceptable. Ejemplo: un estudiante no afronta que no desea estudiar para el examen. Así decide que uno debe relajarse para los exámenes, lo cual justifica que se vaya al cine a ver una película cuando debería estar estudiando.
Cuando las técnicas de ajuste del comportamiento no bastan para equilibrar la realidad, el resultado puede llegar a lo siguiente:

Estrés y respuestas neuróticas como ansiedad o depresión, acompañadas frecuentemente por disfunciones biológicas, como las del apetito o el sueño o fisiólógicas, como las llamadas enfermedades psicosomáticas, por ejemplo, úlceras gástricas o dolores nerviosos.
Conductas desadaptativas más graves, como el suicidio y los trastornos delirantes. Serían recursos defensivos más propios de trastornos de personalidad y de la Esquizofrenia y otros trastornos psicóticos, no constituyendo empero ningún impedimento como para que cualquier persona recurra a ellos si las defensas de tipo neurótico son insuficientes y el estímulo desborda en intensidad las capacidades defensivas del individuo.
Mecanismos de defensa en Psicología [editar]Los mecanismos de defensa fueron propuestos dentro del psicoanálisis, tanto por Sigmund Freud como por otros como Karl Abraham, pero han entrado ya al acervo común de la psicología en general.

La Asociación Psiquiátrica Americana, más recientemente, los ha recogido en una 'Escala de mecanismos de defensa' en el DSM-IV y el DSM-IV-TR de la Asociación Psiquiátrica Americana, como eje disgnóstico para estudios posteriores, y les ha dado el apelativo alterno de "estrategias de afrontamiento". Una variedad de autores exponen sus puntos de vista acerca de la función de mecanismos de defensa. Recientemente Arthur Staats ha propuesto que "los mecanismos de defensa implican el funcionamiento de repertorios de lenguaje complejo de modo que reducen la emocionalidad negativa que, de otra forma, la persona experimentaría".

Desde un punto de vista conductual, los seres humanos aprenden a proveerse a sí mismos de estimulación, con lo cual aumentan las probabilidades de anticipar la estimulación ambiental: es decir, se anticipan a su ambiente, con lo cual aumentan su adaptabilidad a eventos futuros similares a eventos de su pasado que hayan tenido algún grado de similitud. Este es el fundamento empírico de la característica que tienen los seres humanos de no sólo recibir y emitir estimulación aversiva de su ambiente, sino también interiorizarla. De este modo, no sólo es motivante evitar la estimulación displacentera del ambiente, sino también evitar aquella del interior (respuestas coverantes). La forma de evitar este tipo de estimulación aversiva coverante, son, justamente, los mecanismos de defensa.

Mecanismos de defensa en Psicoanálisis [editar]Los mecanismos de defensa en la teoría psicoanalítica tienen la función de evitar la censura del superyó, instancia psíquica estructurada a partir de la resolución del Complejo de Edipo. Son auxiliares de la represión, mecanismo éste en el cual las representaciones censurables son eliminadas del discurso consciente. En la concepción de Freud, los impulsos (más correctamente, 'pulsiones') no pueden ser descartados, sino sólo reprimidos en el inconsciente. Las pulsiones tienden, de forma invariable, a su descarga, de modo tal que, si su representación pulsional le es denegada su expresión consciente, es "enmascarada" por medio de la distorsión simbólica. Las diversas formas en que se presenta esta distorsión simbólica se conocen como mecanismos de defensa.

La angustia juega un papel esencial en la producción de la defensa, dentro de la teoría freudiana. Ella es una señal de alerta al yo, que es la instancia intrapsíquica que produce los diversos mecanismos de defensa y de adaptación.

El mecanismo de defensa principal, clave para todas las demás, es la represión. Es la estrategia de "mover" los contenidos de la consciencia a otro nivel extra-discursivo (fundamento príncipe de la neurosis) que define a la represión, la que motiva la aparición de todos los mecanismos de defensa. Ese nivel extra-discursivo, que para Lacán sería paralelo al consciente, se conoce como inconsciente.

Después de Sigmund Freud, autores posteriores, como Anna Freud, Melanie Klein y Alfred Adler, han propuesto una variedad de mecanismos de defensa cuya concepción les había ayudado a describir y comprender los fenómenos clínicos que se han observado, en una variedad de sujetos, tanto niños como adultos.